domingo, 8 de enero de 2012

La Felicidad mal vista

La felicidad está mal vista
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EFE
24 Diciembre 2011
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“El ser feliz está mal visto, es una auténtica frivolidad”.


FOTO: VANGUARDIA-EFE

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MÉXICO, DF.- En la sociedad actual sentirse bien de manera razonable implica pagar un peaje muy alto: “sufrir inútilmente de antemano”, dice en una entrevista a Efe la psicóloga María Jesús Álava Reyes.

Sin embargo, “es un gran error pensar que a través del sufrimiento se puede alcanzar la felicidad”, explica Álava Reyes, quien asegura que con la angustia sólo se consigue “renunciar a ser el dueño de la propia vida y a abandonar la felicidad personal en los pensamientos negativos y en manos ajenas”.

Además, sufrir de manera inútil provoca desgaste físico, irritabilidad y desplome del control emocional. Conseguir no afligirse es uno de los aprendizajes más importantes en la vida del hombre. “No conseguirlo es no saber vivir”, afirma Álava Reyes.

“Superficial, frívola y poco realista” son algunos de los adjetivos peyorativos que acompañan a la persona feliz, cuando en realidad un ser humano dichoso es capaz de buscar soluciones de manera eficaz y canalizar su energía para sentirse bien, además de poseer virtudes tan valiosas como el “optimismo”, desvela la autora del libro “La inutilidad del sufrimiento”.

Por lo general, la sociedad premia a la persona que sufre, además de atribuirle erróneamente valores como la responsabilidad o el esfuerzo, bien sea en el trabajo o en sus relaciones personales. Álava Reyes dice que es imposible que una persona no se angustie ante una tragedia irreversible, pero en el día a día se sufre con “enorme generosidad”.

La felicidad y la tristeza dependen de uno mismo, no de las circunstancias que le rodean, ya que los pensamientos se encargan de generar emociones y controlar el sufrimiento.

Para ser feliz es imprescindible no sufrir de manera inútil. Se debe ser “muy consciente de cuándo y cómo se está sufriendo. Creer en uno mismo y disfrutar de las cosas pequeñas es la base de la dicha”, explica Álava.

Las mujeres sufren por el afecto, los hombres por el trabajo
La mujer sufre por temas relacionados con el afecto, mientras que el hombre se angustia por motivos profesionales, ya que une el éxito laboral al personal. También se aflige por amor, “aunque en menor medida” añade la psicóloga.

Por educación, desde niño se inculca que es necesario sufrir para ser “hombres de provecho”, y se educa con la intención de que se esté más atento a lo que pueda “ir mal que bien”. Es muy común sustituir la palabra esfuerzo por “sacrificio y sufrimiento”.

Entre las emociones que suelen herir al ser humano, Álava Reyes afirma que son todas aquellas que están relacionadas con la comunicación con los demás como la “autoestima”, las críticas “destructivas”, la incapacidad para decir “no”, así como la imagen que se tiene de “uno mismo”.

La psicóloga dice que se sufre “tanto” por amor porque se tiene una idea muy equivocada del sentimiento y suele confundirse “amor con atracción”. Tanto el hombre como la mujer, en el amor suelen ser “irracionales” y pretenden que su pareja piense, analice y actúe a su “antojo”, sin tener en cuenta que somos diferentes.

“Exigimos más que damos”, asegura Álava Reyes, quien añade que para amar es necesario tener una “generosidad sin límites”, además de “controlar las emociones propias y favorecer las de la pareja”, eso sí, sin perder la “propia identidad” ni admitir “vejaciones”.

“Las necesidades innecesarias y las expectativas falsas” producen insatisfacciones que desembocan en la infelicidad, dice la experta, y añade: “Se ha olvidado de que la dicha está en las “cosas sencillas y no en la acumulación de riqueza”.

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